Viñales, naturaleza brutal
Viñales es actualmente uno de los lugares más turísticos de Cuba. El secreto de tanto interés en este pequeño pueblo se esconde entre sus mogotes, unas espectaculares formaciones rocosas que rodean todo el valle de Viñales.
Os recomendamos, antes de nada, echarle un vistazo a nuestro artículo con toda la información útil que necesitas para viajar a Cuba por libre, que seguro os ayuda a planificar y disfrutar más del viaje 😉
¿CÓMO LLEGAR A VIÑALES?
Para llegar a Viñales sí o sí hay que pasar por La Habana, porque no hay más carreteras. Desde La Habana hay 3 Viazul: a las 9:00, a las 11:25 y a las 14:30, cuesta 12 USD y se tarda unas 4h. Pero no todo el mundo va desde la Habana o no puede llegar a la Habana antes de las 14:30 de la tarde desde otros destinos, y por eso este trayecto hasta Viñales es muy frecuente hacerlo en colectivo.
Nosotras salimos temprano desde Playa Larga en colectivo por 35 CUC cada una. Tardamos unas cuantas horas porque el colectivo va hasta las afueras de la Habana y allí cambias de coche hasta Viñales (pero todo está incluido en el precio inicial).
¿DÓNDE DORMIR EN VIÑALES?
Viñales es uno de los pueblos de Cuba con más casas disponibles, además todas bastante monas, con mucho aire colonial. Y eso que es un pueblo pequeño, pero prácticamente cada casa renta habitaciones, así que hay mucho donde elegir. Eso sí, en temporada alta seguro que hay que reservar con antelación, porque el pueblo sigue siendo pequeño.
Nosotras encontramos una casa estupenda que fue la mejor del viaje: Villa Coral. Las habitaciones están fenomenal, todo muy nuevo, el desayuno es muy rico y lo mejor de todo es su dueña, que lo tiene todo super bien organizado y al llegar te dice todo lo que puedes hacer en Viñales y alrededores muy muy bien explicado, con precios y todo (y buenos precios hay que decir). Estuvimos suuuuuuuper bien en esta casa, de verdad, encima toda la familia era encantadora, repetiríamos sin dudar si volviésemos a Viñales.
¿QUÉ HACER EN VIÑALES?
En el pueblo no hay mucha cosa, con un paseo corto ya te lo has recorrido, pero las casitas son de colores, muy monas, y hay muchos paladares y restaurantes donde comer, es un pueblo bien agradable. Pero lo bonito de verdad son los alrededores.
Nosotras el primer día fuimos a pasear por los mogotes más cercanos al pueblo, porque hay caminos que puedes hacer a pie. ¡Cuidado porque es fácil perderse! No hay muchas indicaciones, así que mejor llevar un mapa y/o preguntar a la gente de las granjas que os vayáis encontrando. Pasamos por la finca Raúl Reyes y dimos una vuelta (es gratis, pero luego te ofrecen comprar azúcar o chocolate o no sé qué, aunque no tienes por qué hacerlo). La idea era llegar desde esta finca a la cueva de la vaca y cruzarla para pasar al otro lado de un mogote, pero cuando llegamos nos cagamos de miedo porque no hay señales y la cueva está totalmente oscura, así que vas a ciegas y aunque dicen que es poca distancia no nos pareció nada seguro y nos dimos la vuelta y rodeamos el mogote. Lo malo es que había llovido mucho los días anteriores y los caminos estaban muy enfangados, así que hubo un momento en el que tuvimos que retroceder, porque la única opción era meterte en barro hasta las rodillas…y no, gracias. Pero el tramo a pie que hicimos fue muy bonito.
Después nuestra intención era caminar por la carretera hasta el mural de la prehistoria y los miradores de alrededor, pero hacía mucho calor y por el camino nos recogieron unos trabajadores que iban con su carromato para esa zona, así que por 1 CUC cada una fuimos con ellos en el carro, todo muy rural y auténtico, jaja. Por cierto, el mural de la prehistoria…a ver, no pretendemos ofender a nadie, pero…vaya tela. Ni se os ocurra pagar por entrar que se ve desde fuera…y para lo que hay que ver…jajaja.
Al día siguiente hicimos la típica excursión a caballo con guía. Al principio no estábamos muy convencidas de que mereciese la pena, pero después de la caminata del primer día y de ver el barrizal que había, supimos que la única manera de seguir visitando el valle era a caballo. Este tipo de tours se pagan por hora (entre 3 y 5 CUC la hora) y suelen durar 3-4h aprox. Nosotras lo contratamos desde la casa por 4 CUC/h. Somos conscientes de que por 3CUC lo habríamos podido conseguir en la calle, pero sabemos de gente que ha ido con guías baratos que no tenían permisos y les ha parado la policía y les ha hecho parar el tour y regresar andando, así que preferimos no arriesgar. Contratar tours desde las casas siempre te garantiza que todo va a salir bien, aunque haya que pagar un poquito más, y que igualmente nos pareció un precio más que justo eh.
Al final la excursión estuvo muy bien, nos gustó muchísimo porque nos llevaron a recorrer una parte muy bonita del valle a caballo (a pie imposible, ya os lo aseguramos) y fuimos haciendo varias paradas: la primera en una finca donde hacen puros ecológicos macerados con miel y cacao (súper interesante y con degustación de puro incluida) y la segunda en una finca de café con muchos frutales.
Si tenéis más días en Viñales y os apetece un poco de playa, dicen que Cayo Jutías es precioso y no está muy lejos. Se puede contratar tour de un día en las agencias del pueblo por unos 15 CUC o negociar directamente con un taxi o a través de vuestra casa. También está Cayo Levisa, aunque está más lejos y es menos accesible, y por lo tanto más caro. Nosotras no fuimos a ninguno de los cayos pero si volviésemos quizá sí que reservaríamos un día para Jutías.
Viñales como veis es pequeño pero matón, tiene un paisaje increíble que no veréis en ningún otro sitio de Cuba, así que aunque se vaya masificando poco a poco no os lo podéis perder. Y de aquí nos marchamos a nuestro último destino en Cuba (ooooooohhhhhh): la única, la maravillosa…La Habana.
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