AIRLIE BEACH – WHITSUNDAYS
Alojamiento en Airlie Beach – Whitsundays: Airlie Beach Magnums, es uno de los hostales más famosos de Airlie. Situado en pleno centro, cuenta con más de 100 habitaciones (compartidas, individuales, dobles…) y varias zonas comunes muy completas, además de un transitadísimo pub. Precio: 29AUD por persona en una habitación doble con literas (unos 20 €).
¿Qué hacer en Airlie Beach – Whitsundays?
Airlie beach es un pueblo muy surfero, lleno de hostales y pubs donde mucha gente joven pasa unos días de relax…y de fiesta. Hay una lagoon (piscina publica) donde poder refrescarse, pero sin duda todo el mundo para en este lugar para ir a visitar las famosas Whitsundays: un conjunto de 74 islas situadas en el corazón de la gran barrera de coral, con aguas turquesas, arena blanca, peces de colores…para nosotras fue el paraíso ante de nuestros ojos.
– Whitsundays por mar:
Como queríamos ir en una excursión de un día en vez de hacer un crucero de más tiempo (recordad que vamos con presupuesto mochilero, y no es cuestión de escatimar pero sí de gastar sabiamente), decidimos contratar el tour Northern Exposure con Ocean Rafting que te lleva a conocer algunas islas en lancha rápida, una aventura divertidísima. La excursión nos costó 159AUD por persona (unos 105€) y ya os decimos que es de los tours más baratos y con cierta calidad que podéis encontrar. Australia es muuuuuuuuy caro.
A las 8 de la mañana nos recogieron justo al lado del hostal y nos llevaron al puerto a hacer el check in, donde ya puedes alquilar el famoso traje protector de medusas (por 5 AUD y después de ver muchas medusas en el mar en los días previos en Australia no merece la pena arriesgar, así que lo cogimos). Las dos primeras paradas fueron para hacer snorkel, y aunque la visibilidad no era la mejor ese día, estuvimos nadando con peces inmensos. Después pusimos rumbo hacia la famosa playa Whitehaven beach, pero antes de disfrutar de sus prístinas aguas hicimos una pequeña caminata hasta el mirador de Inlet Hill para explicarnos por qué la playa es como es. Cuando llegamos al mirador no nos lo podíamos creer, las fotos hablan por sí solas. Sin duda EL LUGAR MÁS BONITO QUE HEMOS VISTO EN NUESTRA VIDA. Los colores del mar y los patrones cambiantes que forma la arena hacen que sea un paisaje absolutamente mágico.
Estábamos deseando ya bajar a la playa para pisar esa arena con 97% de silicio que nunca se calienta y que es una de las más blancas y puras del mundo. Así que tras comer un buffet en la lancha, aparcada justo debajo del mirador, pudimos por fin pasear y a nadar en esta increíble playa. Además de muchos peces, había pequeños tiburones limón, pero tranquilos, que son muy asustadizos y aunque se acercan a curiosear suelen huir rapidísimo.
De verdad que es un auténtico paraíso.
– Whitsundays por aire:
Nos hubiésemos quedado toda la vida en esa playa, pero la pena de marcharnos fue menos porque sabíamos que al día siguiente volvíamos a verla, esta vez desde el cielo. Contratamos un vuelo en avioneta de una hora con GSL aviation (229AUD – 150 EUR por persona) que nos llevó a ver algunas de las islas Whitsundays, Whitehaven beach y por supuesto la gran barrera de coral, incluyendo el famoso arrecife en forma de corazón. Podéis contratar también, desde sus propias webs. un combinado con Ocean rafting y GSL y hacer lo mismo que nosotras: un día en lancha y 1 día en avioneta.
Después de las instrucciones previas de seguridad te montas en un avión de 6 pasajeros donde cada uno tiene su propia ventana y despegas. Cuando sobrevolamos la gran barrera de coral se nos saltaban las lágrimas de emoción. Habíamos visto miles de fotos en internet, pero no sabíamos que nos iba a impactar tanto. Aquí os podéis hacer un poco a la idea de lo que vimos, aunque en esta ocasión las fotos no hacen justicia. Y como colofón final contemplamos de nuevo a la playa de nuestros sueños, Whiteheaven, esta vez desde el aire. No podíamos creerlo: si era bonita desde abajo, desde arriba era como un cuadro.
Si aún dudáis sobre si hacerlo o no, nosotras solo podemos recomendar una cosa: HACEDLO. Es caro, somos conscientes, pero nadie que llegue hasta allí se puede perder esa vista, vale cada céntimo que paguéis. Es, hasta el día de hoy y después de recorrer ya más de medio mundo, LO MÁS BONITO QUE HEMOS VISTO EN NUESTRA VIDA.
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